El día que se ahorcó Dolmatov

Alejandro Cernuda



Este texto lo escribí la víspera de la muerte de Aleksandr Dolmatov, en un campo de refugiados de Holanda

Mi vecino me confesó que se iba a suicidar… Hoy que Aleksandr Dolmatov es noticia sólo porque sirve de comodín para la posible renuncia del secretario de justicia Fred Tweeden… hoy recuerdo cuando, en Delfzijl, en un campo de refugiados parecido a ese donde el ruso se quitó la vida, mi vecino me confesó que se iba a suicidar.

Me lanzó sobre la mesa un puñado de pastillas como echara los dados de su suerte. Hermoso juego de pastillas de distinto tamaño, forma y color… Hizo varias veces el comentario. Comoquiera que las autoridades habían amenazado con echarlo a la calle en pleno invierno y ya tenía dos intentos, una funcionaria vino y nos dijo: Es necesario que lo espíen, pues tememos por su vida. Por favor nos avisan, ja? A lo que mi compañero de cuarto respondió: ¿Y a mí quién me espiará? 

Hay una película delgada que, al atravesarla, como si se naciera en otro lugar, un hecho alcanza el grado de noticia. Dolmatov tuvo dos suertes después de muerto: el gobierno ha reconocido que las irregularidades en su procedimiento le quitaron la posibilidad de obtener asilo –y ha faltado poco, luego de pedir disculpas a su familia, para que le entregaran la ciudadanía holandesa post mórtem-, y segundo: luego de muerto atravesó la débil película que mencionábamos al principio del párrafo.

Tamaña suerte no sé a qué se debe. La manera trivial, pueril, desmeritada, pasajera, torpe, lenta, absolutista, despreocupada, que ha tenido IND para analizar los casos de refugiados, ha dado lugar a un alto promedio de errores. El sistema es ineficiente por completo. Pero su ineficacia no es una cuestión de método sino que el error parte de la corrupción del concepto de refugiado. 

Antes de analizar cualquier aspecto relacionado con lo que quedó de los esfuerzos de tantas comisiones, acuerdos, organizaciones, etc, por garantizar un sistema legítimo de refugio, reconozco que al menos en el arte de implantar una regla y cumplirla, Holanda es uno de los mejores lugares. He conversado con personas que hicieron peticiones de asilo en otros países de la Comunidad Europea y comprendieron decepcionados que muchas veces el sistema funciona a medias o los dejaba en iguales condiciones que cualquier otro inmigrante ilegal. Así que Holanda… muchos piensan que es un buen lugar. Alguien me dijo: El mejor país si consigues asilo y el peor si no lo consigues. Así que parece una apuesta que Dolmatov no supo perder. 

Quien esté familiarizado con los Convenios de Ginebra encontrará profundas diferencias de método con lo que ocurre en la actualidad. Primero: la condición de refugiado no la otorga ningún gobierno, es una decisión particular, no es un premio, es un martirio, y eso es un fundamento imprescindible y siempre violado en la estrategia de las naciones.

Ser un refugiado implica el derecho a que tu petición sea analizada y a obtener una respuesta objetiva. Pero incluso en el caso de que esta respuesta sea negativa no significa que el sujeto no sea un refugiado. Repito, la condición de refugiado no la otorga ningún país o institución. Un país solo puede negar la petición el asilo, pero aún así quien hace la petición tiene ciertos derechos y por tanto: La Convención de Ginebra es clara en que un refugiado no será devuelto al país donde corre riesgo, salvo que represente un peligro para el país en que se encuentra. Así que no sólo Dolmatov no debía encontrarse en un centro de Devolución, sino que estos centros no tienen razón de existir. 

Son devueltos a sus países aquellos a quienes se les ha negado una petición de asilo y poseen documentos de identidad, o existe algún convenio entre gobiernos para la extradición. Los otros son enviados a la buena de Dios, a la calle, y un tercer grupo –no por tercero pequeño- de quienes por problemas de salud, por tener niños, por ser viejos, etc, se quedan en el limbo de un campo de refugiados, por los siglos de los siglos, sin saber qué será de ellos.

La falta de estrategia para estos casos mantiene hoy a muchas personas viviendo por 4, 5 y hasta 10 años en los campos de refugiados, donde abundan hoy los problemas psicológicos, médicos, de violencia, etc… Contratiempos que sí pueden tener una solución tangible pero que a nadie se le ocurre aplicar porque ni la vida en los campos de refugiados ni la mentalidad de los funcionarios están concebidos para lidiar con personas que viven tanto tiempo en esas condiciones hostiles. 

El número de quejas recibidas sobre errores de procedimiento en Holanda tiene un promedio aproximado de una cada tres días. Casi ninguna procede. Para las personas a las que se les ha negado el asilo La Unión Europea les reserva el regalo de los Acuerdos de Dublín, un mamotreto discriminativo que sólo salva a los burócratas de trabajar un poco más a cambio de dejar un margen de error inmenso, pues quienes no son entendidos en un país europeo, se les niega el derecho a presentarse en los demás, e irónicamente conservan el derecho a hacerlo dos veces más en el país donde presentaron la primera petición… es como obligar a tropezar de nuevo con la misma piedra. 

El aspecto más curioso del caso Dolmatov tiene que ver con la negativa a su recurso de apelación, lo cual es un derecho de todo solicitante de asilo. Sin que esto deje de ser parte de un circo que también viola el espíritu de la Convención de Ginebra, pues según la ley el solicitante tendrá derecho a varias apelaciones, pero no a permanecer en el país.

¿Cómo se puede apelar entonces? Durante el proceso de apelación, los jueces sólo tendrán en cuenta las causas por las que IND niega el asilo y el caso no se revisará con mayor profundidad. Y si al final se encuentra alguna irregularidad, el juez solo puede pedirle a IND que vuelva a revisar el caso. Dolmatov no tuvo esa oportunidad, y a mí no me queda claro por qué. 

Y así termina este artículo descabezado. Dolmatov se ahorcó en la celda. Tweeden permanecerá como ministro de Justicia, acaban de decir en las noticias. IND continuará ejerciendo su omnipotencia pueril, dogmática. Las comisiones investigativas sobre el caso pronto se aburrirán y la vida seguirá igual por unas horas más. Yo seguiré escribiendo al vuelo. 

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