El cinturón de la Biblia de Holanda

Alejandro Cernuda

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El Cinturón de la Biblia de Holanda –si se ve en un mapa- es una línea que une varias pequeñas ciudades desde New Zeeland hasta la provincia de Overijssel. Cerca de 24 000 fanáticos concuerdan en que la vida debe llevarse al pie de las Escrituras, hasta el punto de vestir de negro, prohibir el uso de vacunas, mirar con malos ojos la televisión o la radio, enfrentarse a todas las resoluciones de la ONU y pedir al gobierno que prohíba a las mujeres ocupar cargos administrativos y políticos.

Mapa donde se observa el porcentaje de votantes alcanzado por el Partido Cristiano de Derecha de los Países Bajos en el 2010. Coincidente con lo que se ha dado a llamar el Cinturón de la Biblia

Mapa del cinturón de la Biblia de Holanda.

Opinan en temas que pueden parecer estrambóticos para los no iniciados, como priorizar en la interpretación bíblica, el hecho de que si la serpiente de veras le habló a Eva o no… Lo vemos con menos pena que curiosidad. Son comunidades muy unidas y cerradas, bajo la llave de sus propios prejuicios, en los que se han enclaustrado desde los tiempos de Calvino. Viven, dicen ellos, no de espaldas a la sociedad, sino con ojo crítico sobre lo que consideran en desacuerdo con las Escrituras.

Algunos especialistas dicen que esta línea del cinturón de la Biblia, no es gratuita: durante la guerra de los 80 años entre España y Holanda el protestantismo funcionó como una barrera contra los católicos del sur. En estas pequeñas ciudades se puso especial atención en forzar el culto.

En comunidades como Staphorst –tiene una de las tasas de natalidad más altas de Europa y también muy pocos divorcios- En esa ciudad situada a pocos kilómetros de los paisajes que describo en mi novela Bienvenido a Hasselt, los domingos se puede observar el andar de su gente vestida de negro, a las mujeres con la cabeza cubierta y hombres con apariencia hosca.

Todos Biblias en mano, jóvenes y viejos. Los extraños no son bienvenidos, aunque nadie te va a apalear por mirar un poco. Yo en un par de ocasiones fui nadar en su famosa piscina pública y pese a que prefieren el trato entre ellos que con extraños, no puedo afirmar que me trataran como a un extraterrestre o que no fueran amables.

Si no sabes qué es el cinturón de la Biblia y no es domingo –cuando excepto las cinco iglesias todo lo demás está cerrado-, es probable que tardes unas horas en comprender que estás en la meca holandesa de la ortodoxia religiosa, donde la gente parece alejada de la idea que puede dejarnos una visita a la plaza Dam en Ámsterdam. Y a propósito de los domingos, desconozco por qué han tomado ese día como descanso, si la Biblia prescribe el sábado y este cambio, aunque antiguo, tiene claras raíces en Concilios Católicos.

Pero así nada es puro, tan puro, y hoy ya se admite la Internet en las casas del cinturón de la Biblia. Y para nosotros, los de afuera, también los que nos parece pintoresco hoy es el resultado de lo lejos que hemos ido en otras cosas. 

Mujeres en el Cinturón de la Biblia de Holanda.

Los años sesentas fueron como lo que el Renacimiento en la época de Da Vinci y Cristóbal Colón. El hombre se apartó de la religión, la irreverencia se institucionalizó. Pese a su cultura judeocristiana y a la fuerte influencia de Lutero y Calvino, Holanda comenzó unos años más tarde a convertirse en ese laboratorio del liberalismo. Primer país en re-legalizar la marihuana, La prostitución tiene ese algo de oficio respetable que no lo tiene en ningún otro sitio, de hecho si un cliente en el barrio rojo se va a la cama con una prostituta y descubre que ha sido golpeada, puede ser penalizado si no informa a la policía. Holanda.

Una chica vestida de negro me preguntó si yo había estado alguna vez en el barrio rojo. De pasada, le dije. Todo el mundo va al barrio rojo. Me respondió que ella lo hacía a menudo, cada vez que tenía una oportunidad en Ámsterdam. Al principio trató de salvarlas, a las chicas, me comentó. Ahora sólo intentaba comprenderlas.

Para terminar con los ejemplos de liberalismo, fue el primer país en legalizar el matrimonio homosexual. ¿Pero por qué Holanda? Las razones de esta política social tienen un carácter filosófico tan simple como complejo.

El liberalismo está ligado a la aparición del capital y la separación del individuo y las instituciones, implícito en el protestantismo. Martín Lutero y Calvino abolieron esa sensación de que el paraíso es un premio al comportamiento durante tu periodo en la tierra. Así, la moral se convirtió en un asunto más privado y tu comportamiento un asunto directo con Dios, un allá tú. Y como entonces, esa contrapartida de la ortodoxia –el liberalismo- es un asunto finamente religioso, se ve en Holanda el otro extremo de la cuerda.

Lo mismo pasa en Estados Unidos, que también tienen su Cinturón de la Biblia, aunque por distintas razones y no es tan cinturón como el holandés, aunque de los norteamericanos hayan tomado el nombre. Hay una relación entre el pragmatismo de los países y el uso que hacen, también al extremo, de su idealismo. Que la poliomielitis sea un problema atendible en el cinturón de la Biblia de Holanda, es casi increíble, como que en 1999, en Kansas, la Junta de Educación haya votado a favor de eliminar en las escuelas estatales toda referencia a la teoría evolutiva.